El verano, con sus días largos y condiciones cálidas, puede parecer un desafío para la plantación debido al estrés que el calor puede imponer en las nuevas plantas. Sin embargo, para ciertos tipos de árboles frutales, este puede ser el momento perfecto para empezar. El calor del verano ayuda a estimular el crecimiento de las raíces en árboles que prosperan en climas cálidos, acelerando su establecimiento y aprovechando la temporada de crecimiento activo. Además, plantar durante los meses de verano permite a los jardineros prepararse para el cuidado y la atención que estos árboles necesitarán durante los meses más cálidos, asegurando una transición suave hacia el otoño y más allá.